sábado, 9 de junio de 2012

BAUHAUS







En 1919, el arquitecto Walter Gropius crea la Staatliches Bauhaus en Weimar. Gropius ya formaba parte de un movimiento de renovación estética, representado por la Deutscher Werkbund, que pretendía unir el arte con el diseño industrial justo antes de la primera guerra mundial.

Luego de ésta interrupción histórica, Gropius en su papel de director de la Sächsischen Kunstgewerbeschule (Escuela de Artes y Oficios) y de la Sächsischen Hochschule für bildene Kunst (Escuela Superior de Bellas Artes), decide fusionarlas en una sola Escuela que combinara los objetivos académicos de cada una y a la cual se le agregaría una sección de arquitectura.

Así, los objetivos de la Bauhaus estaban orientados a reunificar todas las disciplinas artesanales.  Gropius sostenía que el arte debía responder a las necesidades de la sociedad y que no debía hacerse distinción entre las bellas artes y la artesanía utilitaria. Además, Gropius defendía que un buen diseño debía ser agradable en lo estético y satisfactorio en lo técnico. Por lo tanto, además de las clases de escultura, pintura y arquitectura, se impartían clases de artesanía y diseño comercial.

La Bauhaus, reconcilió los oficios y las especialidades, acercó el arte y la tecnología a la sociedad obrera. En sus salones de clases se experimentaba, en pintura, textiles, orfebrería, espacios interiores, ebanistería, en fin, se creó un laboratorio de creación y de investigación. Personalidades importantes se unieron a esta tarea docente, entre las cuales se encuentran los arquitectos, Walter Gropius, Margarete Schütte-Lihotzky, Mies van der Rohe, Henri van de Velde, Hannes Meyer y Marcel Breuer; los artistas Gyorgy Kepes, Laszlo Moholy-Nagy, Josef Albers y Anni Albers; los pintores Paul Klee y Wassily Kandinsky.


desde la izquierda: Josef Albers, Hinnerk Scheper, Georg Muche, László Moholy-Nagy, Herbert Bayer, Joost Schmidt, Walter Gropius, Marcel Breuer, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Lyonel Feininger, Gunta Stölzl und Oskar Schlemmer. 

En 1925 La Bauhaus fue trasladada hacia Dessau, donde su director Walter Gropius había proyectado un edificio para la escuela con residencias para los estudiantes y además un complejo de viviendas para los profesores permanentes. Cada una de estas obras aplicaba los principios enseñados en la Bauhaus representando una muestra tangible de sus objetivos académicos.

 

La Bauhaus Dessau, Hochschule für Gestaltung afinó aún más su postura frente a la artesanía y a la forma industrial. De ésta manera, el estilo de la Bauhaus se tornó aún más funcional e hizo mayor hincapié en la expresión de la belleza y en la conveniencia de los materiales básicos sin ningún tipo de adorno. Para ésta época la Bauhaus se consideró como un laboratorio donde se estudiaban y se perfeccionaban los prototipos para la producción en masa.

En 1930 la dirección de la Bauhaus fue asumida por el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, quien después de haber cerrado sus puertas en 1931, la trasladó a Berlín en 1932. Para ésta fecha el Partido Nacional Socialista dirigía el país y estableció que la Bauhaus debía desarrollar el arte puramente alemán, sin permitir ni la participación ni el intercambio con otros países. Por esta razón en 1933 la Bauhaus cerró sus puertas dejando un legado ideológico en el resto del mundo.

Actualmente en Berlín se encuentran los archivos de la Bauhaus (Bauhaus-Archiv Museum für Gestaltung), una estructura construida por el mismo Walter Gropius que reúne una gran numero de proyectos, ideas y modelos propios de la Bauhaus, donde además exponen claramente los principios académicos de la Bauhaus.




Para comprender los alcances que tuvo esta entidad se hace necesario echar una rápida ojeada a la situación de la arquitectura en Alemania durante los años que precedieron a su creación. Tras un largo predominio de tendencias historicistas en las que, con absoluta carencia de espíritu creador, se copia­ban servilmente modelos y estilos del pasado, en una abigarrada y no siempre feliz mescolanza-lo que se conoce con el nombre genérico de eclecticismo-sobrevienen algunos intentos de rebe­lión concretados en el movimiento del Jugendstil (versión alemana del Art Nouveau francés) y en la obra aislada de algunos arquitectos como Adolf Leos y Otto Wagner (de origen austríaco), como asimismo los del grupo del "Werkbund", escuela que preconizaba un estilo simple que valorizara los mate­riales y los elementos de fabricación in­dustrial. Pero esos esfuerzos, con todo lo vigoroso y útiles que fueron, termi­naron diluyéndose en un estado de incertidumbre general en la que naufra­gaban lastimosamente tanto la arquitec­tura como las artes decorativas. 

Gropius captó lúcidamente las circunstancias de la realidad y, con un talento y una sensibilidad poco comu­nes, supo elegir un conjunto de perso­nalidades descollantes para integrar el plantel de docentes de la escuela, au­nando la labor de todos ellos bajo la guía de una idea rectora fuerte y bien delineada en su espíritu. 




Uno de los colaboradores más importantes de la primera hora, a cuyo cargo estaba el curso preparatorio, fue Johannes Itten, curioso personaje del que se cuentan las anécdotas más insó­litas. Profesaba ciertas tendencias de tipo místico y neo-budista que ponía en práctica sin ninguna clase de inhibicio­nes. Leía a Lao-Tsé, vestía largas túnicas de monje, usaba la cabeza rapada, hacía ejercicios de concentración mental con sus alumnos antes de comenzar la clase. 

Y todo ello, unido al tipo de enseñanza que impartía, le granjeó la hostilidad del público, sentimiento que luego se extendió a las autoridades, ocasionando una serie de fricciones que culminaron, en 1924, con la disolución de todo el cuerpo de profesores. 

Pese a estas características poco usuales, fue Itten el hombre al cual, en última instancia, deben atribuírsele los méritos del aporte revolucionario de la Bauhaus en materia de enseñanza. Si bien más tarde fue reemplazado por Laszlo Moholy-Nagy y por josef Albers, cada uno de los cuales añadió su propia experiencia y concepción personal de lo que debía ser el curso preparatorio, las bases fijadas por su creador permanecieron y se transmitieron a las que con el tiempo serían las escuelas de di­seño de las más diversas partes del mundo. 

Johannes Itten

Esencialmente, la enseñanza en el curso preparatorio consistía en adies­trar la sensibilidad psico-sensorial de los estudiantes con el fin de descubrir, a través de ella, las posibilidades tanto formales como estructurales de las dis­tintas materias primas que se emplean habitualmente en la producción de ob­jetos manufacturados. Con tal enfoque, los problemas de resistencia estructu­ral, por ejemplo, no se postulaban en el terreno de los cálculos teóricos, seguidos por la realización del proyecto, sino que se abordaban mediante el conoci­miento directo de los materiales. A par­tir de una lámina dé papel, por ejemplo, por medio de un plegado -o cualquier otro planteo que se efectuara para el caso- debía realizarse durante el tiempo otorgado en la clase una estruc­tura capaz de alcanzar la máxima resis­tencia. Ejercicios análogos se realizaban en el campo de los colores o de las ter­minaciones superficiales. Uno de ellos consistía en que los alumnos palparan superficies que no podían ver por tener los ojos vendados y luego las dibujaran sin haberlas visto en ningún momento.


Lyonel Feininger, fotógrafo y pin­tor, y Gehard Marcks, ceramista y escul­tor, colaboraron con Itten en el período inicial de la Bauhaus. El año 1921 señaló el ingreso de Paul Klee, el pintor que ha abierto quizás más caminos en la pin­tura contemporánea, y de Oskar Schlemmer, cuya influencia en la esce­nografía dejó también huellas profun­das. Wassily Kandinsky, con Laszlo Moholy-Nagy, completan el extraordi­nario cuerpo docente en 1923. 





Laszlo Moholy-Nagy






Wassily Kandinsky

En la trayectoria de la Bauhaus existen tres etapas completamente de­finidas, determinadas por las distintas ciudades en donde ejerció su acción: Weimar, Dessau y Berlín. La primera se desarrolla desde 1919 hasta 1925; la se­gunda, de 1925 a 1932; la última se cierra definitivamente en 1933 por decisión del gobierno nazi. Esto, en cuanto a lu­gares y años. En realidad, cuando Gropius, durante el año 1928, decide reti­rarse, la Bauhaus entra en una etapa de disputas internas y presiones exteriores que dejan sellando su destino final.